Me encanta esta historia:
«Un famoso ladrón chino se alistó en el ejercito. Iba a librarse una gran batalla contra un enemigo muy superior. La noche anterior al avance del ejercito del ladrón, éste pidió ver al general diciendo que podía hacer que la guerra terminara antes de empezar.
– Estás loco. El general no te recibirá nunca -dijo un capitán-
Pero la mirada inteligente del ladrón y su insistencia indujeron al capitán a transmitir el mensaje al general. El general había oído hablar del famoso ladrón y pidió que se lo enviaran a su tienda.
– Si me concedes tres días, puedo ganar esta guerra -expuso el ladrón haciendo una reverencia. Como el general era un sabio taoísta, dijo que le concedería esos tres días sin batalla para llevar a cabo su plan.
Esa noche el ladrón se introdujo en el campamento enemigo, en la tienda del general enemigo y le robó la espada. Se la llevó a su jefe y a la mañana siguiente el sabio general mostró el arma al ejército enemigo con gran aspaviento.
Aquella noche el ladrón volvió a introducirse dentro de la tienda del general enemigo y esta vez le robó la colcha. La preciada posesión fue devuelta al ejército enemigo en una ceremonia pública y formal a la mañana siguiente.
La tercera noche el ladrón volvió a la tienda del general enemigo y le quitó el yelmo decorado. Al alba ondeaba la bandera de la rendición en la tienda del general enemigo, indicando que la guerra había terminado.
– ¿Qué esta haciendo? Tenemos una superioridad numérica de diez a uno, ¿por qué íbamos a rendirnos -exclamaron los consejeros del general enemigo-
– Porque de lo contrario esta noche me quitarían la cabeza -respondió el general-«
Debemos aprender de nuestros adversarios aunque este camino exija disciplina, compromiso y práctica. La actitud del sabio general taoísta demuestra los beneficios de la técnica del guerrero. Está sereno, atento; los enemigos, la guerra y los ladrones no le perturban. El general demuestra creatividad y tranquilidad ante las grandes adversidades. Se le ve dispuesto a echar mano de todos los medios a su alcance, delincuentes incluidos, con tal de lograr la paz y la estabilidad. Sabe que la mejor estrategia es vencer al ejercito enemigo sin plantear batalla. El general está listo para el combate, pero no ve la necesidad de ir a la guerra.
Igual que la vida misma: te enfrenta constantemente a la adversidad. Como el general, debemos tener calma y sosiego, no luchar ni pelear, pero tampoco rendirnos o dejar de actuar.
Cuando se afrontan los retos aflora nuestra belleza esencial, como dice el novelista José Saramago: «El espíritu da la verdadera medida de su grandeza en momentos de gran adversidad».
Te dejo con un vídeo, espero que te guste, asegúrate de tomar buenas decisiones, porque dichas decisiones pueden determinar muchas cosas en el futuro, mira este vídeo:
Sigue adelante amigo/a y aprende de la adversidad, es tu mejor maestro.
https://www.youtube.com/embed/bDBVD9KPHHU?rel=0
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